jueves, 29 de abril de 2010

Procesaron a un descendiente de Cornelio Saavedra por vender documento histórico

El juez federal Marcelo Martínez de Giorgi procesó a un descendiente de Cornelio Saavedra y a un rematador de antigüedades por haber vendido en 2007 un documento firmado por Mariano Moreno y el ex presidente de la Primera Junta Patria, a sabiendas de que se trataba de una obra histórica que pertenecía al patrimonio cultural del país. El procesamiento sin prisión preventiva recayó en Marcelo White Pueyrredón, quien dijo haber obtenido el documento de su abuelo, descendiente de Cornelio Saavedra, y en el rematador Enrique Ricardo Bullrich, cuyos bienes fueron embargados en 2.500 pesos.

jueves, 22 de abril de 2010

Un documental reúne a las grandes marcas argentinas de cara al Bicentenario

El próximo 25 de Mayo la Argentina cumplirá sus 200 años de vida. Desde Cornelio Saavedra hasta Cristina Kirchner, muchos hombres y mujeres escribieron la historia del país.

Pero no sólo los gobierno marcaron la historia de la Argentina: hay una treintena de compañías locales que hoy forman parte del pelotón de las grandes marcas pero que nacieron como emprendedores.

Quilmes, Osde, Las Marias, Villavicencio, Andreani, Aceitera General Deheza, Los Grobo, Banco Provincia, entre muchos otros; dejaron su marca en una buena parte de estos 200 años, y ahora aprovecharán los festejos para comunicarlo.

Así fue que la productora FiRe Advertainment, Havas Entertainment, GP Media y la fundación Endeavor se asociaron para producir el ciclo “181:0”; 30 documentales de 181 segundos de duración cada uno en clara alusión a la fecha histórica que se estrenará el día de la patria, y se transmitirá por un canal de aire y por todas las señales de Fox. Además, también estarán presentes en 200 salas de cine, y una fuerte presencia digital con twitter, aplicaciones para celulares y Faceboock.

El ciclo que fue financiado por las compañías participantes, será conducido por Ricardo Darín y narrará la historia de 200 emprendedores que escribieron una parte fundamental de los 200 años tanto de la Argentina como de Chile, Colombia y México.

“Son marcas emblemáticas, que formaron parte de la historia argentina, y no por eso son grandes compañías en el sentido de la facturación”, dice Rodrigo Figueroa Reyes de FiRe.

“El hilo conductor es contar la historia de la Argentina a través del sueño de estos emprendedores, y sobre todo cuál fue la incidencia. Dura tres minutos y un segundo cada capítulo”.

Un ejemplo de cómo el crecimiento de las compañías fueron marcando la historia del país, se encuentra en el Grupo Roggio. Hoy factura millones y realiza operaciones en diferentes países del mundo. Pero, creada hace cien años atrás, lograba su primer trabajo importante en un hito para la historia argentinas: construía la actual línea “A” del subterráneo, el primero en su tipo en América latina.

Enrique Mosconi, el visionario de Yacimiento Petrolíferos Fiscales (YPF), creía en la industrialización y en el autoabastecimiento, y en 1928 recorrió América latina en busca de la integración energética.

Pero no solo se contarán historias relacionadas a grandes hechos económicos del país.

Tal es el caso de Giesso, emblemática marca de ropa de hombre creada en 1884 por Bonifacio Giesso. La primer tienda que abrió se encontraba en la calle Cuyo (hoy Sarmiento) próxima a la casa de Domingo Faustino Sarmiento, quién además de ser cliente (como los también ex presidentes Julio A. Roca y Bartolomé Mitre) pasaba cotidianamente por el local para que lo ayudarán a hacerse el moño de la corbata.

“Es el Bicentenario, pero con la mirada de aquellos que dejaron su marca en país con un fuerte tono empresario”, explica el publicista Reyes.

jueves, 15 de abril de 2010

Árbol bicentenario.


Al rescate del árbol donde descansó Cornelio Saavedra
Su historia es poco conocida y buscan que lo declaren Patrimonio Histórico. La Municipalidad de Iglesia hará obras en la pequeña plaza.
FAVIO CABRERA - DIARIO DE CUYO


Varias veces estuvo a punto de secarse, pero siempre hubo retoños que lo salvaron. Por estos días, las ramas se doblan por la cantidad de frutos, que por decenas caen al suelo. El manzano es bajito, tiene un brazo cortado hace varios años y un tronco en forma de horqueta que sostiene una de sus grandes ramas. Está en el centro de una pequeña plaza, la única de Colangüil, Iglesia, que tiene una pared con una sola placa, un veredín y un mástil. Ese manzano es histórico porque bajo su sombra descansó Cornelio Saavedra, presidente de la Primera Junta, cuando estuvo confinado en San Juan, allá por 1814. En Colangüil, Saavedra sopesó penurias por su presente y, rodeado de pumas, el hombre permaneció refugiado allí durante un mes. El testimonio que recuerda aquel paso es el manzano, cuya plaza donde está ubicado entró en un plan de obras de la Municipalidad de Iglesia, mientras que desde la Dirección de Patrimonio Cultural informaron que buscan que lo declaren Patrimonio Histórico.

La historia de Saavedra y ese manzano es poco conocida. En 1811 Saavedra marchaba al Alto Perú cuando recibió la comunicación de que había sido destituido de la Junta y que debía dejar el mando del Ejército a Pueyrredón. Amargado, se dirigió a San Juan. Acá tenía amigos y se alojó en la casa de José Fernández Maradona (en lo que hoy es la esquina de Mendoza y Santa Fe) junto a su segunda esposa, Saturnina Otárola, y sus pequeños hijos.

Se quedó un tiempo y hasta pensó en dedicarse al comercio de hacienda y aguardiente. Pero su tranquilidad duró poco. La Asamblea del Año XIII, que lo consideraba hombre de sentimientos monárquicos, lo desterró a perpetuidad y le anunció que debía viajar a Buenos Aires, para subirse a un buque sin destino fijo. Saavedra vio que su futuro era negro y se escapó a Chile. Partió junto a su hijo Agustín, de 10 años, y acá en San Juan dejó al cuidado de los vecinos a su esposa embarazada.

En Chile se quedó en Coquimbo y luego en Santiago. Pero cuando las tropas españolas derrotaron a O'Higgins, Saavedra regresó a San Juan, en septiembre de ese mismo año. Y fue entonces que se quedó en Colangüil junto a un peón, enviando a su hijo y a un baqueano a la capital sanjuanina. Según contó en sus recuerdos y que reprodujo Fernando Mo en Cosas de San Juan II, Cornelio se alojó en casa de doña Angela Borja. Por entonces, Colangüil tenía tres casonas, separadas cuatro kilómetros una de otra. En ese lugar estuvo refugiado entre 28 y 30 días. Y no la pasó bien. Además de su pena, el estar alejado de su esposa, sus otros chicos y un hijo sin conocer, se sentía solo.

Saavedra definió Colangüil como un lugar "inhóspito" y recordó que cuando el peón se iba al poblado a buscar carne, él se quedaba en soledad y "rodeado por peligrosos pumas". En esos días, que según Saavedra eran de profunda tristeza, solía descansar bajo el manzano.

Mientras Saavedra se refugiaba en Colangüil, su esposa hacía gestiones para que lo dejaran acercarse a su familia sin temor a que lo detuvieran. Así fue que llegó incluso hasta el gobernador de Cuyo, José de San Martín, quien lo autorizó a llegar a San Juan capital. En marzo de 1815 volvió a Buenos Aires, aunque el confinamiento en San Juan recién fue levantado un mes después. Saavedra murió el 29 de marzo de 1829.