Su vocación militar despertaría durante la primera de las invasiones Inglesas en 1806, durante la cual participó en la reconquista de la ciudad. Previendo un posible contraataque inglés, el nuevo virrey Santiago de Liniers ordenó formar batallones de milicias, organizadas según arma y región de origen. El más numeroso fue el Cuerpo de Patricios, formado por voluntarios de infantería nacidos en Buenos Aires que constituyeron tres batallones. Cada batallón podía elegir a sus propios jefes, incluso a su comandante, y el Cuerpo de Patricios eligió a Saavedra. Este regimiento aún existe en la actualidad, con el nombre de Regimiento de Infantería Nro. 1, y ha recuperado el nombre histórico de Patricios.1Estaba dividido en tres batallones, al mando de Esteban Romero, Domingo Urien y Manuel Belgrano, quien luego dejaría ese mando a Juan José Viamonte.
A principios del año siguiente tuvo lugar el nuevo ataque inglés. Cornelio Saavedra marchó hacia Montevideo pero no llegó a tiempo y no pudo impedir el sitio de Montevideo. En consecuencia, se limitó a retirar todos los elementos de defensa de la Colonia del Sacramento, para trasladarlos a Buenos Aires y fortificar la ciudad. Poco después se producía la segunda invasión a Buenos Aires; el ejército invasor contaba con 8.000 soldados y 18 cañones,2 lo cual superaba ampliamente a los 1.565 hombres, 6 cañones y 2 obuses utilizados para la primera invasión.3 Luego de una victoria inicial en el combate de los corrales de Miserere se ingresó a Buenos Aires dos días después, el 5 de julio. Encontraron una ciudad ampliamente preparada para resistirlos, al punto de que incluso las mujeres, los niños y los esclavos participaban de la defensa.4 Dos días después el general inglés John Whitelocke accede a rendirse, deteniendo el ataque y retirando las fuerzas inglesas de Montevideo.
Luego de la exitosa resistencia contra la ocupación, las relaciones entre los habitantes de Buenos Aires se vieron modificadas. Hasta entonces los criollos, los nacidos en el continente americano, siempre habían sido relegados en la toma de decisiones y las disputas de poder. Con la creación de las milicias criollas y el hecho de que la victoria se alcanzara en ambos casos sin intervención militar de la metrópoli, comenzaron a manifestarse sectores que, en distintos grados, abogaban por modificar la situación establecida y tener una mayor presencia e influencia en el gobierno.5 Saavedra fue una de las figuras claves de dicha situación, ya que comandaba al regimiento más numeroso y su postura era entonces decisiva en las disputas. Desde 1808 participaría en la reuniones de la Sociedad de los Siete en la jabonería de Hipólito Vieytes y en la casa de Rodríguez Peña, en donde se discutían los pasos a seguir para alcanzar sus objetivos. Saavedra se destacaría por un enfoque más prudente y calculador respecto de las medidas para llevar adelante la revolución, que contrastaba con el apasionamiento de Juan José Castelli o Mariano Moreno.Luna, Félix (agosto de 2004). «Los días previos a la Revolución», La Nación (ed.). Grandes protagonistas de la Historia Argentina - Mariano Moreno, 1 edición (en Español), Buenos Aires: Planeta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario